lunes, 25 de febrero de 2013

Poesía romántica latinoamericana


La sonrisa de la mujer y el alma del poeta
José Eusebio Caro (Colombia)
(1817 - 1853)


Hay en mi sér potencias adormidas,
hay en mi mente ocultos pensamientos,
hay en mi corazón presentimientos
cuyo poder y cuyo fin no sé:
como a la madre son desconocidas
las formas de ese sér misterioso
que entre su seno bulle tembloroso,
y es algo ya, mas nadie sabe qué!
 
¡Mas cuando estoy contigo y a tu lado,
y oigo tu voz y miro tu sonrisa,
siento pasar por mí de Dios la brisa,
siento nacer un hombre nuevo en mí!
Y entonces, dominando lo pasado,
y el vago porvenir y lo presente,
en cerco inmenso ensánchase mi mente,
cuyo foco de vida irradia en ti!
 
Entonces las potencias que en mí callan,
una tras otra, a mi presencia llegan,
y juntas, ya, radiantes se despliegan
cual aureola en torno de mi faz:
fuerzas de amor ignotas en mí estallan,
y soy capaz de cosas buenas,
grandes, capaz de todo cuanto entonces mandes,
y de martirio y de virtud capaz!
 
Oh! cuando al fin mi alma desprendida
del barro vil, a Dios levante el vuelo,
no dará tánta luz allá en el cielo
cual la luz que a tu lado esparce aquí!
Y el serafín, custodio de mi vida,
al presentarse a mí por vez primera,
sonrisa no traerá tan hechicera
cual la sonrisa que hoy adoro en ti!


EN UN ÁLBUM

 GREGORIO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ (Colombia)

   La suerte venturosa o desgraciada
Del mortal, en tus ojos va esculpida;
La muerte está con su desdén ligada,
La vida está con su cariño unida.
Si la vida has de dar con tu mirada
Feliz aquel a quien le des la vida;
Mas, si muerte han de dar tus ojos bellos,
Será dulce morir, morir por ellos !



AYER Y HOY

 RAFAEL POMBO (Colombia)


Tú que conmigo retozabas tierna,
Cuando me ves te ruborizas hoy;
Dejé una niña y encontré una reina;
Era tu amigo, tu vasallo soy!
Mi mano ayer te acariciaba niña,
Y en mis rodillas te sentaba yo,
Y sollo hallabas en mis labios risas,
Y un beso al verte y al decirte adiós.
Tiembla hoy mi mano al estrechar tu mano
Calla hoy mi voz al percibir tu voz;
Y al verte, absorto, deslumbrado, estático
Pienso que es sueño o el ayer o el hoy.
Vuélveme, oh virgen, del ayer mis risas,
Vuélveme un beso de mis besos mil;
Hoy no me niegues la infantil caricia
Que ayer mil veces me volvió feliz.
Somos los mismos: unos mismos sean
En mí el cariño, la inocencia en ti:
No olvides hoy entre tu pompa, oh reina!
Que fuiste ayer mi blanco serafín.

MORIR DE AMOR
Juan Clemente Zenea (Cuba)
Ven, pajarillo, a mis prados,
ven a posarte en sus calles
sobre un lirio de los valles,
sobre un ciprés temblador;
alégrame con tus trinos,
muestra al sol tus lindas galas,
y arrúllame con tus alas
que estoy muriendo de amor.

Sauce verde en cuyas hojas
la luna su rayo quiebra,
cuyas ramas te celebra
el viento murmurador;
tú que en horas de ventura
susurrando me dormiste,
concédele sombra al triste
que está muriendo de amor.

Te mandé un suspiro anoche,
mas puede haberse perdido,
y acaso estará escondido
en la copa de una flor;
o errante sobre una fuente
tal vez mi mensaje olvida,
y no te anuncia, ¡oh Mercida!,
que estoy muriendo de amor.

Tú que a vivir me enseñaste,
tú que mis penas consuelas,
querubín que alegre vuelas
en torno del trovador,
déjame aspirar la esencia
que de tus labios exhalas,
y cúbreme con tus alas
que estoy muriendo de amor.


Canto Fúnebre

José Antonio Maitín

(1804 - 1874 -- Venezolano)

I

Llegaron - !oh dolor!, las tristes horas
de un pesar para mí desconocido.
Ilusiones de paz encantadoras,
contentos de mi hogar, os he perdido.
Perdí el único ser que más me amaba,
la compañera tierna de me vida,
cuya mano de esposa me alargaba cargada
de cariño y beneficios,
en cuyo corazón sólo encontraba
amor, abnegación y sacrificios.
ella era mi universo, mi energía,
mi porvenir, mi fuerza, mi conciencia;
era ella a quien debía
el sosiego feliz de mi existencia,
de mis serenas horas la alegría,
mi descanso, mi paz, mi independencia. 




ESTANISLAO DEL CAMPO
(1834 - 1880)

GOBIERNO GAUCHO

Tomé en casa el otro día
tan soberano peludo,
que hasta hoy, caballeros,
dudo si ando mamao todavía.

Carculen cómo sería
la mamada que agarré,
Que, sin más, me afiguré
Que yo era el mesmo Gobierno,
Y más leyes que un infierno
Con la tranca decreté.

Gomitao y trompezando,
Del fogón pasé a la sala,
Con un garrote de tala
Que era mi bastón de mando;
Y medio tartamudiando,
Y con el pelo en la frente,
A causa del aguardiente,
Los ojos medio vidriosos,
Y con los labios babosos,
Hablé del tenor siguiente:

"Paisanos: -dende esta fecha
El contingente concluyo;
Cuide cada uno lo suyo
Que es la cosa más derecha.
No abandone su cosecha

El gaucho que haiga sembrao:
Deje que el que es hacendao
Cuide las vacas que tiene,
Que él es a quien le conviene
Asigurar su ganao".

"Vaya largando terreno,
Sin mosquiar, el ricachón,
Capaz, de puro mamón
De mamar hasta con freno;
Pues no me parece güeno
Sino que, por el contrario,
Es injusto y albitrario
Que tenga media campaña,
Sólo porque tuvo maña
Para hacerse arrendatario".

"Si el pasto nace en el suelo
Es porque Dios lo ordenó,
Que para eso agua les dió
A los ñublados del cielo.
Dejen pues que al caramelo
Le hinquemos todos el diente,
Y no andemos, tristemente,
Sin tener en donde armar

Un rancho, para sestiar
Cuando pica el sol ardiente".

"Mando que dende este instante
Lo casen a uno de balde;
Que envaine el corvo el Alcalde
Y su lista el Comendante;
Que no sea atropellante
El Juez de Paz del Partido;
Que a aquel que lo hallen bebido,
Porque así le dio la gana,
No le meneen catana
Que al fin está divertido".

"Mando, hoy que soy Sueselencia,
Que el que quiera ser pulpero,
Se ha de confesar primero
Para que tenga concencia.
Porque es cierto, a la evidencia,
Que hoy naides tiene confianza
Ni en medida ni en balanza,
Pues todo venden mermao,
Y cuando no es vino aguao
Es yerba con mescolanza".

"Naides tiene que pedir
Pase por otro Partido;
Pues libre el hombre ha nacido
Y ande quiera puede dir.
Y si es razón permitir
Que el pueblero vaya y venga,
Justo es que el gaucho no tenga
Que dar cuenta a donde va,
Sino que con libertá
Vaya a donde le convenga".

A ver si hay una persona
De las que me han escuchao
Que digan que he gobernao
Sin acierto con la mona;
Sáquemen una carona,
De mi mesmísimo cuero,
Sino haría un verdadero
Gobierno, Anastasio el Pollo,
Que hasta mamao es un criollo
Más servicial que un yesquero.

Si no me hubiese empinao
Como me suelo empinar
La limeta, hasta acabar,
Lindo lo habría acertao;
Pues lo que hubiera quedao
Lo mando como un favor
Al mesmo gobernador
Que nos manda en lo presente,
A ver si con mi aguardiente
Nos gobernaba mejor. 

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